Si Tom había aprendido algo, era que no se podía atribuir una importancia cósmica a un simple acontecimiento terrenal. ¿Casualidad? A eso se reduce todo, nada más que casualidad. .
Mientras escuchaba Tom se dio cuenta de que estas no eran historias que ella contaba a cualquiera.
Habia que ganarse el derecho a escucharlas.
Podia sentir como se derrivaba el muro.
Se preguntaba si alguien más habria llegado tan lejos, y por eso las siguientes ocho palabras lo cambiaron todo:
-Nunca le habia contado esto a nadie antes.
Habia que ganarse el derecho a escucharlas.
Podia sentir como se derrivaba el muro.
Se preguntaba si alguien más habria llegado tan lejos, y por eso las siguientes ocho palabras lo cambiaron todo:
-Nunca le habia contado esto a nadie antes.
Tom finalmente aprendió que no existen los milagros. No existe tal cosa llamada destino. Nada está destinado a ser. Él lo sabía. Estaba seguro de ello ahora.
-Mi nombre es Tom.
-Encantada de conocerte.
-Yo soy Autumn.
-Mi nombre es Tom.
-Encantada de conocerte.
-Yo soy Autumn.